Lic. Horacio Manfredi
Si se piensa que la escritura es un producto de construcción posterior a la incorporación del lenguaje lo original de un escrito tiene y encuentra la posibilidad de una palabra que operó en su eficacia. Es por el efecto de la retroacción del discurso que se produce a posteriori la apropiación del sujeto de un campo que lo preexiste.
La escritura marca letras que son transmitidas como formas de un lenguaje que se muestra diciendo más de aquello que se suponía era posible decir. Pero el discurso señala que no todo puede ser dicho, estableciendo un espacio topológico que se recorta como singular, también desde lo real de un cuerpo donde los múltiples sonidos que el aparato de fonación humana permite, va pasando de la glosolalia inicial a un período en el cual ciertos sonidos son reprimidos.
Se moldean los efectos de la lengua materna sobre el cuerpo que, en esa juntura de letras, opera la incorporación desde el campo del Otro de la mirada y la voz bañando al sujeto con una estructura de lenguaje. Se configuran entonces dos vías: inconciente y pulsión que por la represión del complejo de
Edipo intentaran reunirse en un objeto exogámico conjugando el objeto de amor con el de la pulsión.