Dr. David Alfie, Dr. Eduardo Teper y Lic. María Gabriela Garrido
Introducción
En el año 1982 se inicia lo que a la postre resultaría en un cambio sustancial de los métodos y las estructuras encargadas de la salud mental en la Argentina.
El PAMI implementa el plan PAS (Plan de Asistencia Psiquiátrica) y logra con ello abrir el juego de la atención institucional en psiquiatria a una joven camada de profesionales imbuidos de la convicción de que las internaciones prolongadas y el “aislamiento” de los pacientes psiquiátricos podía y debía evitarse.
Contábamos por entonces con una gama de teorías psicológicas asistenciales que debían “agiornarse” a las características que el plan proponía y que iban desde lo conductual y lo neurobiológico hasta las terapias breves psicoanalíticas, pasando por las psicoterapias de roles que centraban el accionar en la familia.
La industria farmacológica fue acompañando ese proceso con los antipsicóticos atípicos que fueron avanzando desde la clozapina hasta la quetiapina , generando la base instrumental sobre la cual asentar la externación rápida y los tratamientos alternativos a la misma (hospital de día, terapias ambulatorias y domiciliarias) que hasta entonces no tenían el sostén financiero que el PAS le brindó.
El cambio implicó la pérdida del monopolio de los grandes nosocomios que a la larga para subsistir, tuvieron que adaptarse e integrarse al desarrollo de esta política.
La consecuencia directa se orientó en dos direcciones: Por un lado se redujeron notablemente las internaciones prolongadas y la “cronificación” de los pacientes y por otro se generó en un conjunto de colegas a ese entonces jóvenes, la inquietud por desarrollar y mejorar instituciones de internación pequeñas, centradas en la “agudización” del paciente psiquiátrico y su externación y continuidad de tratamiento ambulatorio, domiciliario y en las casos mas graves a través de los procesos de semiinternación (hospital de día, centro de día, etc.).